El violín es un instrumento de cuerda frotada que tiene
cuatro cuerdas. Las cuerdas se afinan por intervalos de quintas:
sol3
re4
la4
mi5
(El número está indicado de acuerdo con el índice acústico
internacional, que se utiliza en todo el mundo excepto Francia y Bélgica. Según
este índice el do central del piano es un do4)1
La cuerda de sonoridad más grave es la de sol3, y luego le
siguen, en orden creciente, el re4, la4 y mi5. En el violín la primera cuerda
en ser afinada es la de la; esta se afina comúnmente a una frecuencia de 440
Hz, utilizando como referencia un diapasón clásico de metal ahorquillado o,
desde finales del siglo XX, un diapasón electrónico. En orquesta y
agrupaciones, el violín suele ser afinado a 442 Hz, ya que las condiciones del
medio como la temperatura, o la progresiva destensión de las cuerdas hace que
estas se desafinen, y para compensarlo se afinan algo por encima. El cuerpo del
violín posee una forma abombada, con silueta estilizada determinada por una
curvatura superior e inferior con un estrechamiento a la cintura en forma de C.
Las tapas del violín se modelan con suaves curvas que proporcionan la
característica de abovedado.